El rugby fue fundamental para que Nelson Mandela unificara a una Sudáfrica destrozada por el odio y la segregación. Por ese entonces, Madiba inmortalizó una frase para el resto de la eternidad que encuentra un argumento más ante cada crisis mundial: «El deporte tiene el poder de transformar el mundo. Tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas. Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar las barreras sociales».
Mientras los políticos discuten sobre la posición europea frente a la crisis migratoria, varios grandes del fútbol del Viejo Continente decidieron abrir sus puertas y colaborar con aquellos refugiados que escapan de la guerra siria y de Medo Oriente.
El caso más emblemático es el del Bayern Munich alemán, que abrirá un campamento para los refugiados donde les brindará hospedaje, clases de alemán y alimentos e incluso les permitirá entrenarse. Además donará un millón de euros para proyectos benéficos que involucren a los refugiados.
El Real Madrid «ha tomado esta decisión con el objetivo de apoyar a los hombres, mujeres y niños que se han visto obligados a abandonar sus hogares para huir de la guerra y de la muerte», tal como emitió en un comunicado en su web y donará un millón de euros.
Mientras tanto, el Celtic escocés donará todo lo recaudado del amistoso frente al Dunfermline y el Porto portugués envió una carta a la UEFA para que cada equipo que participa de la Champions League done un euro por entrada para los refugiados.
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