El 36% de las agresiones denunciadas en su mayoría por mujeres tuvo como disparador una motivación económica, reveló el último trabajo estadístico de la Oficina de Violencia Doméstica(OVD), que depende de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El dato ilustra cómo las cuestiones patrimoniales pueden influir en algunos femicidios, como el que tuvo lugar en el country Martindale, de la localidad bonaerense de Pilar. Allí, el ejecutivo Fernando Farré asesinó a su esposa Claudia Schaefer a cuchilladas, cuando discutían su divorcio y la consiguiente división de bienes.
De acuerdo al informe de la OVD, que registró denuncias entre el 1 y el 30 de junio pasado, el 80%de las mismas tenía a mujeres como víctimas de diferentes tipos de violencia.
Al indagar sobre el tipo de violencia observada, surgió que en un 36% de las víctimas padecieron violencia en la que el móvil fue una razón económica, publicó hoy Diario Popular. Además, el 46% de los casos el agresor resultó una ex pareja, mientras que el 19% eran concubinos.
El último informe del Observatorio de Femicidios en Argentina, coordinado por la asociación civilLa Casa del Encuentro, registró que en 2014 se registraron 277 femicidios. Ese relevamiento, sin embargo, disiente con el enfoque adoptado por el del órgano de la máxima magistratura.
«En los informes de femicidos no desagregamos datos por causas porque la causa de un femicidio siempre es la violencia de género. Esto es la desigualdad de poder entre varones y mujeres dentro de estas relaciones, atravesadas por la cultura patriarcal. Por eso creo que no la mató por una cuestión económica. La mató porque la considera un objeto de su propiedad. La mató porque quería seguir ejerciendo el poder sobre ella», precisó Ada Rico, asesora jurídica de la entidad.
En este sentido, la abogada amplió que «la violencia de género se expresa de diferentes formas contempladas en los tratados internacionales y en nuestro país en la ley 26.485, de protección integral de violencia contra las mujeres».
Fabiana Tuñez, coordinadora de la misma ONG, coincidió en que «este hombre decide cometer el crimen cuando siente que pierde el poder. Ejerce su poder a través del asesinato. No la mata por la división de bienes sino que él tenía claramente establecido que ella era un objeto de su propiedad».
«Cuando esta mujer empieza a recorrer un camino diferente, decide atacarla. Como todo varón violento, esta persona utiliza mujeres como abogados en una clara estrategia para ocultar su verdadero perfil. Y no tuvo problema en degollarla frente a los abogados porque tenía una fijación con ella», concluyó.
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