Hunter Gandee, un adolescente de 15 años, caminó 92 kilómetros con su hermano Branden, de 8, a cuestas para concientizar sobre la enfermedad que padece: parálisis cerebral.
Tres días, de viernes a domingo, es el tiempo que los hermanos invirtieron en recorrer la distancia que separa la escuela de Braden del Centro de Rehabilitación Pediátrica de la Universidad de Michigan. Un total de 91.73 kilómetros. «Quiero que la gente vea la lucha que Braden tiene que afrontar cada día. Quiero salir ahí fuera y enseñarles a todos que podemos construir un mundo mejor para las personas con parálisis cerebral», explica Hunter, convencido del enorme valor de su esfuerzo.
Pero las buenas intenciones no bastan para recorrer semejante distancia con un niño de 8 años a la espalda. Es necesaria fuerza, perseverancia, fortaleza física y mental. Hunter reúne todas esas cualidades, pero cuando sus piernas flaquearon también recibió apoyo. Fueron muchos los que quisieron acompañarlo durante algunos tramos del camino; y él mismo relata cómo sus amigos lo animaron a continuar cuando sufrió un pequeño colapso al final del segundo día. «Si no fuese por todos ellos, nunca lo habría conseguido», subraya el joven héroe.
Además, los hermanos recibieron asistencia de fisioterapeutas cada pocos kilómetros, momentos que Hunter aprovechaba para desprenderse del arnés en que transportaba a Braden. Y así, paso a paso, fue cómo superaron en más de 32 kilómetros su marca de 2014. Aunque el dinero nunca fue el objetivo principal, el año pasado recaudaron 200 mil dólares que invirtieron en construir un parque adaptado en la escuela especial a la que asiste Braden, del que pudieron disfrutar tanto él como sus compañeros.
«Mucho más que dolorido. Mucho más que cansado. Mucho más que agradecido. Mucho más que bendecido». Ése fue el precioso mensaje que Hunter posteó en su cuenta de Twitter al completar su desafío, el domingo por la tarde.
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