Los habitantes reconocen que en los últimos días comenzaron a toparse con estos animales que tienen mandíbulas en formas de disco y llenas de dientes que les permiten atacar a sus presas. Con dientes muy filosos, esta especie puede llegar a medir de 50 a 75 centímetros.
La especie se llama Lampreas y suele nacer en agua dulce, para luego trasladarse hacia el océano. Sólo vuelve a su río de nacimiento para engendrar crías. Son más parecidas a anguilas o serpientes que a una trucha, ya que tienen escamas ni aletas.
Alertados por la presencia de estos animales en tierra (los vecinos los encontraron en techos y jardines), los investigadores creen que la hipótesis más razonable es que son capturados por gaviotas y –en el traslado- pueden caer sobre la ciudad.
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