La presidenta, Cristina Fernández, se reunió ayer con el papa Francisco en el marco de una audiencia oficial que duró una hora y 40 minutos en un despacho del Vaticano, en lo que significó el quinto encuentro entre ambos desde que Jorge Bergoglio fuera consagrado Sumo Pontífice. Luego de la audiencia, la mandataria le entregó al Pontífice un cuadro y una canasta de productos regionales.
El encuentro se realizó en el estudio del aula magna de la sala Paulo VI y comenzó a las 17 de Roma -12 hora argentina-, tras lo cual la Presidenta se retiró al hotel Eden de la capital italiana, de acuerdo a lo informado por la Presidencia en Buenos Aires.
El Día del Periodista no quedó fuera de agenda dado que primero el Papa saludó en italiano a los cronistas que cubrían el encuentro y luego, tras la reunión con Francisco, hizo lo propio la Presidenta.
La comitiva que acompañó a Fernández estuvo integrada por el canciller Héctor Timerman; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, y el embajador ante el Vaticano Eduardo Valdés, quienes durante la reunión con el Papa esperaron en una sala contigua al salón del encuentro. También acompañan a la mandataria en Roma junto a otros funcionarios e invitados.
La de ayer fue la cuarta audiencia privada y el quinto encuentro entre la jefa de Estado argentina y el jefe de la Iglesia Católica, desde que Bergoglio asumió en 2013.
La Presidenta aseguró que quiere evitar que en Europa vean a la Argentina “solamente como una vaca gigante o una bolsa de soja”, sino que aspira a que también se pueda “ejemplificar” con sus políticas cómo combatir el “hambre y la miseria”, tras la reunión que mantuvo con Francisco.
La mandataria mantuvo un breve diálogo con la prensa, fue consultada sobre un eventual encuentro con el Pontífice cuando en los próximos meses visite algunos países de Latinoamérica. “Si nos invita vamos a ir”, sostuvo Cristina.
Cristina recalcó, según la agencia oficial Télam, que “fue una reunión muy cálida, muy cordial. Estuvimos charlando sobre los problemas del mundo y de la región. La visita del Papa del sábado a Sarajevo, su preocupación por lo que considera que está sucediendo, como él dijo, una tercera guerra mundial”. “Y también hablamos de la preocupación que los dos tenemos por la paz y también del incentivo que hay muchas veces desde el sector armamentístico, como él lo ha denunciado, para que surjan los conflictos y no se solucionen”, reveló la mandataria en rueda de prensa.
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