El caso de Pilar se hizo público cuando la joven con sus dos hijos -de 11 meses y 2 años-, víctima de violencia de género por parte de su expareja, usurpó una casa en el barrio Fonavi 42 de Santa Rosa y fue desalojada.
La demora en la intervención del área de Género municipal hizo que su expareja volviera y la convenciera de regresar a vivir con él. Y ocurrió lo que se preveía: la volvió a golpear. Recién allí las autoridades dispusieron trasladarla al hogar María Magdalena.
Hasta la semana pasada, pudo saber este diario digital, Llorens estaba en ese hogar y su ex estaba en libertad. Fue detenido cuando la agredió la vez anterior, le dictaron la prisión preventiva, pero volvió a quedar libre.
La solución de fondo para Pilar nunca llegó y consiguió lugar para vivir en una casa de Aconcagua y Stieben. Y allí volvió a buscarla su expareja, la golpeó y gracias al botón antipánico la chica pudo dar aviso a la policía.
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