También hubo un grupo de personas que se acercó hasta el aeropuerto para saludar de cerca a la presidenta, quien luego de los saludos protocolares se acercó hasta el tejido y luego paró la combi, que la trasladó hasta el Club Estudiantes, para recibir el afecto de la gente.
Máximo, no
Un “doble” de Máximo Kirchner, el hijo de la presidenta confundió a numerosos seguidores del kirchnerismo. “Ahí va Máximo”, dijeron varios. Era, sin embargo, personal de la organización del acto.
Descompuestas
Todos quedaron apiñados. Incluso, los periodistas, camarógrafos y fotógrafos. El calor se hizo sentir dentro del club. Tres mujeres fueron asistidas por personal médico porque se descompusieron.
Por la abuela
Hubo varios carteles. Decenas. Uno, pequeño, llamó la atención. “Gracias por devolver la dignidad a mi abuela, que se la robaron otros”, decía un cartel sostenido por una niña de unos 7 años. A su lado, su abuela. También otro que reivindicó la pelea por el río robado: “El Atuel también es pampeano”.
Embanderada
Lucy de Cornelis, la fundadora de Mujeres Agropecuarias en Lucha, subió al escenario a regalarle a Cristina Fernández de una bandera que usaron en los ’90 y principios del nuevo siglo en las manifestaciones para detener los remates de campos. La jefa de Estado, emocionado, se fundió en un abrazo con la dirigente rural y luego se enfundo, por unos segundos, con la bandera.
Cánticos
Hubo numerosos cánticos, buena parte de ellos dedicados a Carlos Verna. “Y ya lo ve / y ya lo ve / es para Verna / que lo mira por TV”, cantaron, en medio de la cadena nacional. “Ni Convergencia / Ni la Plural / Esto es el proyecto nacional”, fue otro.
La fue a ver
Miguel García, el reciente renunciante a la Secretaría de Cultura de Santa Rosa, fue a ver a la presidenta. El ahora exfuncionario dejó la comuna, molesto por el alineamiento del intendente Luis Larrañaga con un acérrimo enemigo del kircherismo como Carlos Verna. Hoy estuvo en el acto con su pareja y también renunciante funcionaria, Marta Candia.
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