Luis Ramón Lucero, uno de los instigadores de la batahola desatada contra la fuerza policial el pasado viernes, tenía pedido de captura activo por parte de la policía de Río Negro además de la causa que, ahora, se le sustancia en su contra por daño, amenazas, atentado y resistencia a la autoridad. Esta persona, mayor de edad, fue demorada ayer a la mañana en medio de un operativo conjunto de policías de Comisaría Primera y Segunda, con apoyo de efectivos del Grupo Especial. Lucero cobró notoriedad mediática ese día por haber aprovechado la cercanía del micrófono de un movilero radial, para asegurar que el detenido sospechado de abuso sexual y robo había cometido además otros hechos aberrantes contra personas y niños.
En las fotos de los distintos medios apareció blandiendo una cuchilla de importantes dimensiones pero ayer, ante los policías locales, no ofreció resistencia y quedó a disposición de la justicia interviniente. La novedad la confirmó el comisario Ricardo Fabián Padilla quien junto a la titular de la Unidad Funcional de Género, Vanina Fileni, enfrentaron junto a escasos policías las primeras escaramuzas con los vecinos del barrio. Ayer, en su dependencia, Padilla destacó el valor de sus subordinados para enfrentar la contingencia y, en especial, a las mujeres policías que se sumaron a la primera línea que intentaba controlar los actos de vandalismo y agresiones.
“En primera instancia se detuvieron a cuatro personas y hoy (por ayer) la misma cantidad, y están imputados de los delitos de daño, atentado y resistencia a la autoridad. Hay distintos niveles de compromiso con la causa, pero estas evaluaciones las está haciendo la fiscal Ana Laura Ruffini, en especial tres de ellos están muy comprometidos con los sucesos de violencia porque fueron incitadores de los desmanes que se fueron produciendo”, arrancó. El jefe policial dio cuenta que la mayoría de las detenciones fueron posibles merced a la revisión de las fotografías y videos existentes, de algunos medios que tomaron las gráficas y otros que captaron los propios efectivos.
Por otra parte, señaló que ningún civil se llegó hasta la sede policial a realizar denuncia alguna hacia la fuerza policial por supuestos excesos en la contención de las personas más agitadas en la revuelta. “Hay una persona oriunda de Quemú Quemú que fue invitada a realizar la denuncia correspondiente por los daños que sufrió ese día transitando por el lugar, y además es posible que la cooperativa local también se sume en el mismo sentido ya que existieron actos vandálicos contra los bienes públicos, como luces de calle y demás, la mayoría de los demorados tiene antecedentes”, añadió.
Al trazar un balance de lo ocurrido Padilla aportó también que varios de los policías actuantes sufrieron heridas de distinta consideración siendo un motorista de la Comisaría Primera, uno de los primeros en llegar al foco del conflicto en calles 104 y 33, quien padeció múltiples escoriaciones al ser literalmente bajado de la moto para ser sometido a una alevosa golpiza, y otro efectivo que revista en la Alcaidía de la UR II que se encuentra internado con graves lesiones. En la casa de la familia del supuesto autor se mantiene un modesto retén, y permanecerá en esa situación hasta que la justicia lo decida.
No todos “en la misma bolsa”
El comisario se permitió aclarar también la constante relación que había podido entablar con vecinos referentes del barrio El Molino, apenas asumió la jefatura de Comisaría Segunda. Y que ese trabajo de contacto le había redundado en un acercamiento que permitió el esclarecimiento de varios hechos. A modo de diferenciación Padilla afirmó que “no todos los vecinos del barrio El Molino son delincuentes, la mayoría son trabajadores que se ganan la vida dignamente” aunque de inmediato aclaró que el grupo violento emergente por la coyuntura “está debidamente identificado, es gente que siempre tuvo problemas con la justicia por delitos contra la propiedad o por comercio de drogas”.
Respecto a la certeza del allanamiento realizado en la casa familiar del principal sospechoso en dos causas por abuso y robo, habría dejado casi en claro la responsabilidad de Pacheco en ambas causas. “El allanamiento, realizado después de seis horas de espera, fue positivo en todo sentido, se recolectaron pruebas valiosas para la causa” indicó el jefe policial que no abundó en mayores detalles sobre las mismas. Del mismo modo rescató la predisposición de los familiares de Pacheco, en especial la de su madre, en no impedir el operativo en el interior de la vivienda, “la mujer y la familia prestaron colaboración en todo sentido”, resumió.
“Esta situación nos hace romper el diálogo que veníamos manteniendo con algunos vecinos, ahora nos tocó intervenir para recuperar la calma. Espero que la gente se dé cuenta que no todo el barrio son estas personas, los que provocaron los desmanes fueron 5 o 6 vecinos del barrio, porque los restantes fueron llegando desde sectores barriales como Malvinas o Ranqueles. Estoy convencido que en esto afloró la antipatía que algunos tienen con la policía, quedó en claro -si vale como ejemplo- la psicosis que se desató en Monte Hermoso por el crimen de una chica, esto se transmitió por televisión a nivel nacional y algunos parecen querer copiar esa reacción, para mal de todos claro”, analizó.
Fuente: DiarioLaReforma.com.ar
Deja tu comentario!