Se trata de María Esther Hernández, ejecutiva de cuentas de lainmobiliaria Fast Propiedades, quien relató ante el Tribunal Oral Criminal 9 (TOC9) que en 2011 Mangeri le hizo esa propuesta en tono sexual cuando ella pasó por el edificio de Ravignani 2360 para preguntar por unas propiedades de la zona.
«Había dos lotes que podían ser de interés: una casa tomada y, enfrente,un supermercado chino que estaba vacío«, relató la mujer a los jueces.
Y prosiguió: «Había un encargado que estaba barriendo la vereda. Siempre hay alguien que aporta datos y me acerqué»
«Me comentó que estaba tomada, que había tenido problemas de humedad y no sabía quienes eran los dueños».
Hernández explicó que le dejó «una tarjeta», ya que a veces suele compartir las comisiones con quienes le aportan datos y, cuando se estaba retirando, ese encargado, al que luego identificó como Mangeri, la llamó por su nombre.
«Mi tarjeta esta membretada. El encargado me llama, me dice Esther», recordó la testigo.
Hernández contó que cuando ella se volvió a acercar Mangeri, éste le dijo que «tenía 100 pesos» y le preguntó «si quería ir al sótano».
«Le dije algunas malas palabras y me fui», recordó la mujer, quien luego, a preguntas del abogado de Mangeri, Adrián Tenca, fue más precisa y contó que le dijo al imputado «que se vaya a la puta madre que lo parió».
Cuando el abogado querellante Pablo Lanusse le preguntó que reacción tuvo Mangeri ante sus insultos, la testigo respondió: «Ninguna. Levantó los ojos y siguió barriendo».
Cuando Lanusse le preguntó cómo se sintió como mujer, Hernández dijo: «Una se siente mal. Trabajar en la calle suele ser bastante complicado. Ofrecerle dinero a alguien para hacer eso es denigrante, es desagradable, feo.»
Tras la declaración de la empleada inmobiliaria, se presentó ante el tribunal el testigo Marcelo Bustos, compañero de trabajo de Hernández, quien recordó el episodio que había vivido la mujer.
«Llegó a la oficina y a modo anecdótico o de chiste dijo que un encargado le ofreció 100 pesos para pasar al sótano», recordó.
El episodio relatado hoy por Hernández es el quinto de los presuntos acosos de Mangeri hacia distintas mujeres que se describieron en el debate.
El pasado miércoles, otros testigos declararon que el encargado del edificio había asediado a otras cuatro mujeres en distintas circunstancias y mientras cumplía sus tareas.
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