Un diario mendocino realizó un informe sobre la producción de ladrillos. Afirma que entre los principales compradores está la provincia de La Pampa y la nota se ilustra con una foto de un operativo de AFIP en la que aparecen menores de edad trabajando.
La entrada de ladrillo de Mendoza provocóla destrucción de la industria ladrillera pampeana. Una de las zonas más afectadas fue el barrio Los Hornos de Santa Rosa, donde decenas de familias y centenares de personas vivian de la producción ladrillera.
Uno de los productores locales, Rubén Arrieta realizó denuncia ante la justicia provincial y la justicia federal. Además denunció la competencia desleal, por el uso de trabajo infantil y mano de obra barata, aunque ningún organismo atendió la denuncia.
La nota del diario
San Rafael
La nota se titula: “Ladrillos: una industria en la que somos líderes. Es uno de los líderes a nivel nacional”. Explica que “con más de 500 hornos, el departamento es uno de los grandes productores nacionales de este insumo básico para la construcción. En ellos trabajan alrededor de 1.500 personas, la mayoría inmigrantes de Bolivia. Un ladrillo de primera calidad, a 1,80 pesos, se paga más que un litro de vino”.
Con el crecimiento de la industria de la construcción en todo el país la demanda de ladrillos es cada vez mayor. Hoy unos de los productores más grandes del país es nuestro departamento, donde se estima hay más de 500 hornos, y en promedio cada uno produce 70 mil ladrillos por mes”, precisa.
“La temporada de producción se extiende de septiembre a abril, debido a que el clima del invierno no es apto. Los campamentos están ubicados principalmente en los distritos de Villa Atuel, Cañada Seca, Las Malvinas, Real del Padre y Jaime Prats. Actualmente hay cerca de 219 campamentos y se calcula que cada uno posee mínimamente 2 hornos”, afirma.
“Se necesitan aproximadamente 4 personas para trabajar en cada horno, por lo que se estima que hay más de 1500 personas trabajando, la mayoría de ellos de origen boliviano. ‘Todos los que hacen el trabajo pesado son bolivianos, los argentinos son los dueños del lugar‘, afirmó Raúl Monardi, Director del Padrón de Extranjeros de San Rafael, quien está realizando trabajos estadísticos sobre los hornos”, explica el diario mendocino.
“El proceso de elaboración de ladrillos toma entre 20 y 30 días, se calcula que al mes se quema mínimamente un horno completo, en algunos casos hasta dos. Los insumos -aserrín, arcilla y leña para cocinarlos- son traídos de provincias como Neuquén y Chubut”, señala.
“Cada horno necesita entre 55 mil y 80 mil kilos de leña para sacar una producción, por lo que la emisión de gases contaminantes es muy grande. Los camiones que traen leña del sur, vuelven con ladrillos”, detalla.
“Los principales compradores son La Pampa, Santa Cruz y Río Negro, que logran una gran diferencia con el traslado ya que en esas provincias el precio es mucho mayor. Mil ladrillos de primera calidad en San Rafael es entre 1500 y 1800 pesos”, remarca.
La nota explica que “de cada producción se extraen cerca de 35 mil ladrillos de primera calidad y el resto de segunda y tercera. Cada ladrillo de primera se vende a 1 peso ochenta. ‘El litro de vino se paga 1,60, cada ladrillo lo pagan entre 1,50 y 1,80. Los productores de ladrillos corren muy pocos riesgos, no como los agricultores que trabajan todo el año y dependen de muchos factores‘, dijo Raúl.
“En cuanto a la situación laboral de quienes trabajan en los hornos, la mayoría se encuentran inscriptos como monotributistas y el trabajo infantil se presenta cada vez con menos frecuencia ‘Por los controles, cada vez hay menos niños trabajando en los hornos por suerte‘, aseguró.
El diario
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