Hace dos meses y medio, Emma Moronsini partió a pie desde San Miguel de Tucumán para iniciar un recorrido de más de 1.000 kilómetros. En su camino para pedir por la paz y los jóvenes, ya sólo le faltan 57 kilómetros para llegar a destino.
Este sábado, Emma Moronsini, de 91 años, llegó caminando a San Antonio de Areco, en la provincia de Buenos Aires. Su recorrdio comenzó hace dos meses y medio en San Miguel de Tucumán, desde donde partió con el objetivo de llegar a la Basílica de Luján para pedir por la paz y por los jóvenes.
No es la primera vez que esta mujer, que vive -cuando no está caminando- en Castiglione delle Stiviere, en el norte de Italia, emprende una travesía de este tipo. Ya realizó caminatas por Polonia, Israel, México y Brasi.
Durante su recorrido de a pie lleva solamente una valija y un paraguas en un carro. El resto lo recibe del cariño de la gente en cada pueblo por el que pasa.
«Los policías tucumanos me decían que no podía hacerlo porque voy sola y estoy muy anciana, y por la inseguridad y la droga, pero en el camino sólo encontré amistad y buena voluntad de la gente», describe.
Todos los días parte a las seis de la mañana y camina cuatro o cinco horas. El resto del día descansa. En una bolsa lleva pan, agua y leche en polvo.
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