Cuando se debate de forma encendida las cuestiones de privacidad que ponen en juego las redes sociales, en general uno se está refiriendo precisamente a este tipo de casos.
El sábado pasado al mediodia, el usuario de Twitter @Cellla_ decidió contarle a todos sus seguidores que el domingo, ayer, empezaba a trabajar. El problema es que lejos de estar emocionada por el nuevo desafío, su tuit decía lisa y llanamente que su trabajo era una porquería (utilizando unos términos un poco más fuertes).
Este mensaje le llegó a su jefe por parte de una compañera del nuevo trabajo, quien vio que @Cellla_ había tuiteado eso, y automáticamente la despidieron a las pocas horas. Su jefe,@Robertwaple luego explicó que no quería tener un empleado que no tuviera ganas de trabajar en su pizzería.
Así que, ya saben. La próxima vez que nos les guste su trabajo y quieran tuitear sobre ello, tengan cuidado con sus seguidores.
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